EMILI J. BLASCO / LONDRES
Kate Middleton se ha quedado sin seda inglesa para su boda. Lady Diana aún pudo llevar en la suya un velo con material producido por gusanos de seda patrios, pero la única compañía británica dedicada a esa elaboración, que había abastecido coronaciones y bodas reales dede la década de 1930, ha liquidado su negocio. El vestido que la novia del príncipe Guillermo lucirá el 29 de abril en la abadía de Westminster será confeccionado, pues, con seda foránea, según informa “The Times”.
La noticia no ha provocado el debate nacional ocasionado con motivo de la coronación de Isabel II en 1953. Entonces se supo, según tuvo que reconocer el Palacio de Buckingham, que los gusanos ingleses sólo habían abastecido la seda utilizada en la cola; el vestido, en cambio, se había elaborado a partir de seda china. En plena Guerra Fría, el diseñador del modelo, Norman Harnell, intentó salvarse de la quema: “nuestros gusanos son chinos, pero de la China nacionalista, por supuesto”. Por orgullo nacional y para no tener que recurrir a la China comunista (este país produce hoy el 80% de la seda mundial; un 10% corresponde a India), muchos ciudadanos se prestaron a hacerse cargo de una caja de gusanos para alimentarlos y devolverlos cuando ya estaban formados los capullos.
Lullingstone Silk Farm comenzó a operar hace más de 70 años en un garaje y enseguida se trasladó a las dependencias del castillo de Lullingstone, por iniciativa de la aristócrata Lady Hart Dyke. En el castillo docenas de habitaciones se reservaron para la cría de gusanos de seda, mientras que una hectárea del terreno se dedicó a la plantación de moreras para alimentarlos. El marido de Lady Hart, Sir Oliver, era ingeniero e ideó la maquinaria para elaborar la seda.
En 1936, la factoría recibió la visita de la futura Reina Madre, quien encargó a la compañía que abasteciera la seda para la coronación de su esposo, Jorge VI. Desde entonces, el material de Lullingstone Silk ha estado presente en todas las bodas reales.
Fuente: www.abc.es