La Princesa rompió a llorar al depositar el ramo en Santa Devota
A la salida de Palacio, convertidos en marido y mujer, Alberto y Charlene se dieron un baño de multitudes y emprendieron un recorrido por el diminuto Principado hasta la iglesia de Santa Devota, donde la novia depositó su ramo.
Los Príncipes de Mónaco emprendieron el trayecto a eso de las cuatro y media, en un descapotable, un Lexus LS 600h Landaulet, diseñado expresamente para la ocasión.
En Santa Devota, mientras la soprano Marie-Clotilde Würz-De Baets y su hija, de 11 años, entonaban un canto a la Virgen, la Princesa fue incapaz de contenerse y derramó algunas lágrimas.
La gente, no demasiado numerosa, saludó a la pareja durante el trayecto ondeando banderas monegascas y sudafricanas, tras lo cual los novios volvieron de nuevo a Palacio para hacerse los retratos oficiales y dirigirse posteriormente a la Ópera Garnier en la que tendrá lugar la cena oficial de gala. Para esa ocasión, la Princesa de Mónaco ha reservado un vestido que, nuevamente, ha sido diseñado para ella por Giorgo Armani.
El menú, preparado por Alain Ducasse, acompañaba los raviolis de verduras del aperitivo con un vino sudafricano.
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