La realeza ‘invade’ Londres
Por fin llegó el gran día para el príncipe Guillermo y Kate Middleton, así como para todos los londinense que, desde hace algunas jornadas, esperan con gran entusiasmo el enlace real de la pareja del momento.
La abadía londinense de Westminster será testigo de la gran cita, que se podrá seguir a través de los medios de comunicación por millones de personas en todo el mundo. En esa iglesia, Kate Middleton no prometerá obedecer sino «amar, confortar y honrar» al príncipe Guillermo al pronunciar los votos matrimoniales. Así, la pareja utilizará la ceremonia prevista en el Libro de Oración Común de la Iglesia de Inglaterra.
Una vez en el templo la novia avanzará del brazo de su padre por el pasillo central al son del himno de la coronación, el titulado I was glad, del compositor británico Charles Hubert Hastings Parry. Los recién casados abandonarán la abadía al compás de otra pieza, la marcha Crown Imperial, deWilliam Walton, que se tocó ya en la boda de Carlos y Diana. El toque de modernidad lo pondrá una fanfarria especial titulada Valiant and Brave, lema del escuadrón de búsqueda y rescate de la Royal Air Force al que pertenece el príncipe de Gales, compuesta por el comandante Duncan Stubbs, principal director de música de esa fuerza.
Solidarios. Atendiendo al elevado coste que ha supuesto el enlace, la pareja decidió crear un fondo solidario destinado a recoger las donaciones de todos aquellos que quieran conmemorar el enlace. Así, la Reina y los Príncipes de Asturias realizaron una ofrenda económica a una organización benéfica como regalo.
Los representantes españoles llegaron ayer a la base aérea de Norfolk, Inglaterra, para asistir en un hotel de Londres a la cena previa al enlace que organizó Lady Elizabeth Shakerley para las monarquías británica y extranjeras.
Para esta ocasión la Princesa de Asturias lució un vestido largo palabra de honor de muselina y tul en gris alavandado que firma el diseñador Felipe Varela, mientras que la Reina llevó un modelo de Margarita Nuez, en color marrón. El Príncipe fue de smoking.
Para el enlace, la Reina lucirá un modelo de su diseñadora de cabecera, esta vez en corto, como manda el protocolo, en tonos azules con flores. La Princesa, nuevamente de la mano de Varela, vestirá en muselina color rosa terracota y con bordados. Ambas, llevan tocado y guantes. Por su parte, don Felipe empleará como vestimenta el uniforme de gala de la Armada correspondiente a su grado, capitán de fragata, sobre el que lleva distintas condecoraciones.
Grandes seguidores
Pero esta boda, al igual que todos los enlaces reales, tiene un gran toque popular. Así, las calles de Londres se visten con grandes banderas británicas para celebrar la unión del hijo del príncipe Carlos y Diana de Gales. El rojo, el blanco y el azul, colores de la bandera británica, reinan en tiendas, bares, estancos y grandes almacenes.
Las insignias patrióticas se mezclan con las tiendas de campaña de los espectadores directos. Entre los primeros en ocupar un lugar frente a la abadía está Barbara Gould, una británica de 65 años, que no quiere perderse el evento porque, según afirmó, «la pareja traerá cosas muy buenas».
Fuente. www.eladelantado.com
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