Kate y Guillermo una boda del siglo XXI
A unos días de la boda del año -el 29 de abril próximo- y cuando ya se sabe que por parte española irán la Reina y los Príncipes de Asturias, Kate Middleton, la novia del príncipe Guillermo de Inglaterra, alcanza una notable popularidad en las redes sociales y en la prensa internacional. Los especialistas aseguran que va en camino de eclipsar la leyenda de lady Di y que la «Katemanía» bate récords en la historia de la Familia Real británica.
Esta boda ha servido a la Monarquía inglesa para conectar con el ciudadano, con el pueblo, a través de la unión de Guillermo con una chica de clase media. Los padres de Kate, Michael y Carole, pasaron de ser empleados en una aerolínea a ser los dueños de su propia empresa, «Party Pieces», que se dedica a vender globos, velas y otros accesorios para fiestas. Y les fue tan bien, que pudieron cambiarse de una casa dúplex a una vivienda de gran tamaño en el pueblecito de Bucklebury, con sus tres hijos: Kate, que ahora tiene 29 años, Pippa, de 27, y James, de 24.
La historia de la familia de Kate, similar a la de millones de británicos que se han aburguesado en el último siglo, carecería de importancia si no fuera porque esa chica conoció en la Universidad al futuro heredero de la corona británica y se enamoraron. Y aún partiendo de esa premisa, la clase alta británica, tan estratificada, todavía ve con cierto recelo los orígenes mercantiles de los Middleton.
Kate es la primera plebeya que emparentará con la corona de Isabel II, pero ni es tan joven ni tan ingenua como lo era lady Di. Afortunadamente, Guillermo está enamorado de ella y eso también evitará mucho de los conflictos que sufrió su madre. Al menos de momento.
Con Kate, sin embargo, la Monarquía busca la misma cercanía con el pueblo que se le atribuía a Diana. Y entre todos le han ido construyendo, poco a poco, una personalidad pública, cercana, de construcción de marca: goteo de fotos de su infancia, apariciones públicas, el hecho de que invite a la gente de su pueblo a la boda*
Tan campechana y cercana quieren hacerla, que hasta el tabloide británico «Daily Mail» asegura que ha sido la propia Kate la que ha diseñado su vestido de novia para contraer matrimonio con el nieto de Isabel II el próximo 29 de abril en Londres. El periódico también señala que el traje será subastado tras la boda para varias organizaciones benéficas.
Fuentes menos sensacionalistas aseguran que son tres los trajes que tiene Kate Middleton preparados para el día de su boda con Guillermo de Inglaterra. Dos los luciría durante el evento y el tercero se quedaría en el armario. Todo ello para evitar que se sepa antes de tiempo con cuál entrará en la abadía de Westminster. Aunque nadie duda que el diseñador de esos tres trajes será británico: Sarah Burton, la actual responsable de la firma Alexander Macqueen, es la favorita, y le sigue Sophie Cranston, creadora de la firma Libélula Studio.
Pero estamos en tiempos de crisis y eso debe reflejarse en la boda. Éste no puede ser un enlace de cuentos de hadas sin reparar en los gastos: Kate irá en coche y no en carroza, la pareja ha dado una lista de ONGs para la lista de regalos (ha optado por apadrinar cinco causas sociales y pedir a aquellos que deseen festejar su enlace con un obsequio, que realicen un donativo a una de esas áreas solidarias o a todas, si no se deciden por una concreta), no habrá invitaciones masivas*
El Príncipe Guillermo de Inglaterra, siguiendo la tradición, ha organizado una luna de miel absolutamente secreta para su futura esposa, pero sí se sabe que el novio deberá reincorporarse a la base de la RA,F en el norte de Gales, para seguir con sus labores de piloto y por ello la pareja sólo disfrutará de dos semanas de luna de miel, como el resto de los mortales. Otra diferencia con sus progenitores, ya que el Príncipe Carlos y Lady Diana Spencer tuvieron tres meses.
Además pagarán la boda las familias de los novios (los padres de Kate costearán el viaje de luna de miel, así como el vestido de la novia y han aportado 100.000 libras para los gastos totales del enlace, dejando el resto para la Familia Real). De lo único que se cuidará el Estado es del tema de seguridad.
Todo para subir la moral de los británicos en épocas de vacas flacas. Y eso que se prevé que la boda reporte a la economía británica unos 700 millones de euros.
Por primera vez en las bodas reales, se hace un guiño a las nuevas tecnologías. De ahí que se haya convertido en la boda del siglo XXI. Primero se anunció el compromiso en la página oficial de Carlos de Inglaterra en Twiter. Luego se actualizó la información en Twitter y en Facebook. Y hay una cuenta en Flickr para las fotos.
La página de Clarence House (@ClarenceHouse), la residencia londinense del príncipe Carlos y de sus hijos Guillermo y Enrique, difunde regularmente informaciones sobre la boda a sus 28.000 seguidores. Estas redes permiten también a la realeza estar más cerca de una población de la que a menudo parece distanciada.
Aunque, para evitar problemas no se dejará pasar ningún dispositivo electrónico en Westminster y se prohibe a los invitados twittear la ceremonia o subir fotos a redes sociales, será la primera vez que el acontecimiento se retransmita en directo en la red. El Gobierno británico estima que 2.000 millones de personas podrían seguirla por televisión en todo el mundo* además del millón de personas que esperan visite Londres el fin de semana del enlace. Y aunque Facebook, la red social más internacional, no cuenta con una página oficial del acto, sí con una hecha por simpatizantes con más de 6.000 usuarios.
El «sí quiero» será grabado en vivo y puesto a disposición del público sólo unas horas después de la ceremonia por 0,90 euros, como parte de un álbum de una hora sobre el enlace real. Los usuarios de teléfonos móviles de todo el mundo podrán caminar virtualmente hacia el altar de la Abadía de Westminster antes de la boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton.
La aplicación Abbey 3D dará a los usuarios de Android, iPhone e iPad acceso a la histórica iglesia real usando una técnica utilizada habitualmente en la producción de películas, pero que pocas veces se usa para los dispositivos móviles. La aplicación tendrá un corte transversal a vista de pájaro de la abadía, mostrando la planta de la iglesia. Y, como remate, el coro de la abadía de Westminster interpretará varias piezas clásicas que estarán en iTunes el día 3 de mayo por el módico precio de 9,99 euros.
¡¡¡Vamos, que la aldea global se nos queda pequeña con tan romántico espectáculo!!!
Fuente: www.europapress.es
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