Guillermo y Kate, en capilla
La prensa se esfuerza por dar cada día los nuevos avances que se conocen sobre la preparación de la ceremonia y los vendedores de souvenirs sobre la boda real ya hacen su agosto, pero aún no se han dado a conocer los detalles más jugosos sobre el enlace del hijo mayor de Lady Di.
Poco se sabe sobre la lista de invitados, salvo que quizá los Obama no serán invitados al no tratarse de una boda de Estado. Tampoco ha trascendido el título real que ostentará la pareja una vez se conviertan en marido y mujer, ni los nombres de los padrinos ni las damas de honor, temas importantes que sin embargo quedan eclipsados por el mayor misterio: el vestido de la novia.
Por parte del príncipe Guillermo nadie espera grandes excesos; probablemente recurra a su traje militar de gala, como manda la tradición. En cuanto al que suele ser el secreto mejor guardado en todas las bodas, en esta ocasión es aún más, ya que el protocolo real británico dicta que no pueden revelarse secretos sobre el vestido hasta que la novia aparezca en público, y la edición anglosajona de Hola afirma que se han dispuesto medidas especiales de seguridad que eviten posibles filtraciones.
Y es que en el momento en que un dato es hecho público, la locura se dispara. Así ocurrió tras anunciarse la fecha de la boda -los vuelos a Londres en esos días se encarecieron hasta un 40por ciento- o la ruta callejera hasta la Abadía de Westminster, cuyos hoteles están agotando estos días las reservas de habitaciones.
Pero, en lo referente a Bruce Oldfield, la posibilidad de que fuera él el seleccionado para confeccionar el vestido de la novia surgió desde el mismo momento en que la pareja se comprometió oficialmente. Desde ese preciso momento, equipos de televisión acamparon frente a la boutique de Beauchamp Place, su única y nueva tienda de novias, a la espera de un hipotético anuncio oficial confirmando la noticia o la visita de la propia Kate.
Bruce Oldfield, conocido diseñador británico, fue uno de los favoritos de la princesa Diana y hoy en día su clientela incluye a Catherine Zeta-Jones, Victoria Beckham, Rihanna, Emmanuelle Seigner, Barbra Streisand, Kelly Brook, Anjelica Huston, Jerry Hall, Joan Collins y Sienna Miller, entre otras.
Asimismo, tiene una gran experiencia en vestidos de novia, ya que fue el creador de los trajes de las reinas Noor y Rania de Jordania, del de Samantha Cameron, la esposa del primer ministro británico, y del de Jemima Khan, ex novia de Hugh Grant.
Los miembros de la realeza y las celebrities aprecian su conocida discreción, de la que hace gala también en esta ocasión. Cuando le han preguntado si será él quien diseñe el vestido, responde con un escueto «sin comentarios», aunque en diciembre arriesgó un piropo para la futura princesa: «Tiene una figura tan fantástica que estará sensacional con cualquier cosa». Sus creaciones cuestan entre 4.000 y 6.500 euros.
Entre las decisiones que ya ha tomado la pareja y que la casa real británica ha hecho públicas a través de la red social Twitter está la hora a la que comenzará la ceremonia, las once de la mañana. La pareja ha decidido que el servicio sea oficiado por el arzobispo de Canterbury, mientras que será el obispo de Londres el encargado del discurso.
Por otra parte, también ha trascendido dónde pasará su última noche de soltera Kate Middleton. Antes de casarse con el príncipe Guillermo, la noche del 28 de abril la joven dormirá junto a su familia y amigos más íntimos en el hotel Goring, un hotel de cinco estrellas de Londres.
De este modo, su círculo más íntimo, en el que figuran sus padres Michael y Carole, su hermana Pippa y su hermano James, además de amigos de la pareja, ya han reservado varias habitaciones para pasar los días previos a la boda en este establecimiento.
El hotel Goring era uno de los favoritos de la reina madre y actualmente es visitado muy a menudo por Isabel II. Así, Guillermo y Kate eligieron el hotel por su proximidad a Buckingham, donde tendrá lugar la recepción tras la ceremonia religiosa.
Kate Middleton partirá, entonces, del hotel Goring y llegará a la Abadía de Westminster el 29 de abril en coche, realizando una ruta que pasará por The Mall, Horse Guards Parade, Whitehall y la Plaza del Parlamento. Así que la novia llegará a la iglesia en el mismo medio de transporte elegido para las dos últimas bodas celebradas en la realeza inglesa, las de Sophie Rhys-Jones y la de Autumn Phillips, a diferencia de la reina Isabel II y de las mujeres de sus tres hijos mayores, que eligieron para su día más especial un coche de caballos cubierto.
En cuanto a los detalles de la celebración del enlace, una vez casados, Kate Middleton y Guillermo de Inglaterra volverán al Palacio de Buckingham en un cortejo que hará prácticamente el mismo recorrido que la novia en su último recorrido como soltera.
Al llegar a su destino, la pareja de recién casados asistirá a una recepción ofrecida por la reina Isabel II de Inglaterra para ellos y sus invitados, tanto representantes de la vida oficial como privada del nuevo matrimonio. Ya por la noche, Carlos de Inglaterra obsequiará a la pareja, a sus familiares y amigos más cercanos con una cena privada y un baile a continuación, que también tendrán como escenario el Palacio de Buckingham.