Boda de la infanta Elena de Borbón y Jaime Marichalar
La infanta Elena y don Jaime Marichalar se casaron 18 de marzo de 1995 en Sevilla,una boda que ponía final a una historia de amor que había comenzado en 1993,cuando la infanta Elena se trasladó a Paris para realizar un curso de Literatura francesa.En la capital del Sena,conoció al que dos años después se convertiría en su marido.El amor de su vida estaba realizando sus prácticas financieras antes de iniciar su andadura profesional en el banca privada.
Se dijo en estos años que su común afición por la hípica fue lo que les había unido,aunque otros aseguran que fue el destino,quien caprichosamente quiso que sus vidas se cruzaran.Su noviazgo que se desarrolló la mayor parte en París,fue todo un ejemplo de discreción.No hubo casi fotografías de la pareja hasta el mismo día del anuncio de su compromiso matrimonial,el 23 de noviembre de 1994.
Tres días después,en el Palacio de la Zarzuela,Jaime de Marichalar pedía a los Reyes la mano de su hija mayor,la infanta Elena.Allí estaban los Reyes,el príncipe de Asturias,la infanta Cristina,su abuela paterna,María de las Mercedes,Condesa de Barcelona,y sus tías,las infantas Margarita y Pilar,hermanas de don Juan Carlos ,y sus respectivas familias.Acompañaban a Jaime de Marichalar,su madre,Concepción Sáenz de Tejada,viuda de Amalio Marichalar,y los cinco hermanos del novio:Amalio Joaquín,Ana,Alvaro,Luis e Ignacio Javier.
La infanta Elena lució un traje espectacular a la par de sencillo,con aroma romántico,diseñado y guardado celosamente por el modisto sevillano Pedro Valverde.Una larguísima cola,fascinante, que hacía escapar suspiros de admiración entre los espectadores y un antiquísimo velo,el mismo que llevó su madre,la Reina Sofia y su abuela la Reina Federica.Ni una joya en su garganta,tan sólo dos largos pendientes de perla.
Como ramo la infanta Elena llevó un bouquet,formado por rosas mínimas de color champán,lilas blancas y flores naturales del campo sevillano,elegido por la madre del novio entre los dos ramitos realizados para la ocasión por la firma Búcaro.
A la una y siete minutos de la tarde culmina la ceremonia por la que don Jaime de Marichalar y doña Elena de Borbón se convierten en marido y mujer.Primero es el novio quien pronuncia el sí quiero,despues lo hace la infanta,con voz muy clara y un sonrisa de felicidad.
Tras la ceremonia,presidida por Monseñor Amigo,los novios salieron por la puerta de Palos ante el estallido de alegría de los sevillanos,que desde primera hora de la mañana esperaban para felicitar a los recién casados.Con el rosto ya descubierto,la infanta Elena y su marido se dirigen a una carreta tirada por seis caballos cartujanos de color castaño,donde realizarían un extenso recorrido por las calles de Sevilla.La carreta es del siglo XVII,construida en 1780 en París.
Doce coraceros de la Guardia Real, de gala, espejeando sus pecheras de plata escoltaban la carreta en su recorrido hasta la iglesia del Salvador, donde la infanta depositó su ramo ante la tumba de sus bisabuelos, Carlos de Borbón y María Luisa de Orleáns, tras escuchar con gran emoción una salve rociera que arrancó de los ojos de la infanta algunas lágrimas.
Palabras clave: bodas reales, caballos, carreta, infanta Elena, Jaime de Marichamar, Sevilla