Laurent de Bélgica, el último Príncipe soltero
El Príncipe Laurent de Bélgica, hijo menor de Alberto II y Paola, y hermano del Príncipe heredero Felipe, contrajo ayer matrimonio con Claire Coombs en una ceremonia marcada por las lágrimas del novio. Lágrimas en el salón gótico del Ayuntamiento de Bruselas, en la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula e incluso en el balcón, donde hubo el beso que tanto esperaban los bruselenses.
Claire, hija de madre belga y padre británico, nació en 1974 en la ciudad inglesa de Bath y es 11 años más joven que su esposo, casi la misma diferencia de edad que separa a su hermano Felipe de Matilde.
Laurent hizo honor a su reputación de tímido y poco amante de encontrarse en el objetivo de todas las miradas, sobre todo cuando, como ayer, le embargaba la emoción. El aplomo que le daba el uniforme de gala de oficial de la Marina Real, con su gran cordón de la Orden de Leopoldo y el sable, contrastaba con los pequeños detalles, contínuos, que denotaban sus nervios y su emoción.
A su lado, Claire le tomaba la mano con seguridad, vestida con un traje blanco clásico, diseñado por el belga Edouard Vermeulen, y un velo de encaje que perteneció a la familia de la Reina Paola y que ésta lució en su boda con Alberto II y después también usaron la princesas Astrid y Matilde en sus respectivos enlaces.
En la ceremonia civil en el Ayuntamiento, situada en la famosa y restaurada Grande Place de la capital belga, Laurent dio el «sí» antes de que el burgomaestre Freddy Thielemans pudiera terminar su pregunta en los tres idiomas oficiales del país, francés, neerlandés y alemán. «Señor, no me disteis tiempo», exclamó éste entre las risas de los invitados.
A continuación, se celebró en la Catedral la ceremonia religiosa, oficiada por el cardenal Daneels y el padre Gilbert, un amigo de la pareja. Entre los presentes brilló una vez más Matilde -«la Grace Kelly belga» como algunos la llaman en este país-, no sólo por su belleza sino por el enorme sombrero (la prensa del corazón lo describió «de inspiración vietnamita») que coronaba un elegante vestido de color rosa. Fue, además, una de los cuatro testigos escogidos por Laurent.
También Victoria de Suecia, acompañada de su hermana Magdalena, lucía un sombrero de grandes proporciones, lo que confirma el regreso de estos. Otros invitados, hasta un total de 300, incluyeron a los Duques de Braganza, los hijos del Sha de Irán, Margarita de Liechtenstein, el Gran Duque Enrique y la Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo y los Príncipes Constantino y Laurentina de Holanda.
La Reina viuda Fabiola de Bélgica mostró un excelente aspecto, vestida con traje y pamela de color lila, y se situó justo detrás de Laurent en la tradicional foto de familia. Laurent siempre ha sido reservado y poco se sabía de sus amistades, por lo que sorprendió a todos cuando el pasado otoño anunció su noviazgo con la plebeya Claire, de profesión geómetra y que prestaba sus servicios en una empresa inmobiliaria. Ambos comparten el amor por la naturaleza y los animales domésticos, a los que el príncipe ha dedicado grandes atenciones a través de la fundación benéfica que preside.
Palabras clave: boda en bélgica, boda real, bodas reales, laurent de bélgica, monarquia belga